El último documental que me fascinó fue “ Searching for
Sugarman”… Lo vi en el cine club de mi localidad a principios de verano. Cuenta
la historia de Sixto Rodríguez, un cantante y compositor que en su época, allá
por los últimos 60, no estuvo en el sitio adecuado ni con las personas
adecuadas para poder triunfar como hubiera merecido. Es la historia de la gran
mayoría, porque debemos recordar que
genios hay pocos, pero seguro que hay muchos que no fueron descubiertos
y que vivieron y murieron en la sombra por diversas circunstancias. La más
usual es sencillamente no haber nacido en la “cara buena del mundo”, como decía
Jarabe de Palo, o bien no haber tenido relaciones sociales influyentes para
abrirse camino en su especialidad.
Sixto Rodríguez es mayor ahora y a veces debe cancelar
conciertos como consecuencia de su delicada salud. Este verano arrasó en
Barcelona, de hecho se agotaron las entradas mucho antes de su actuación. Me
habría encantado verlo en directo, ese héroe resucitado tras tantos años de
anonimato, y todo gracias a la danza de la realidad… por aquello que sucede
porque tiene que suceder, por los hilos invisibles que a todos nos rodean que
hacen que a veces la varita mágica te toque a ti, o a ti… e incluso a mí, y
entonces todo cambia…
Tras lo ocurrido con “ Exit through the gift shop”, que
resultó ser un “mockumentary” sobre graffitti
en vez de un “documentary”, es decir un documental que narra algo
preparado de antemano pero que parece basado en hechos reales, muchos críticos
se han planteado lo mismo con Sugarman. Yo todavía no tengo claro que éste sea
también un “Mock” ( una farsa en inglés), no sabría qué pensar… pero me
fastidiaría que lo fuera porque es una historia fabulosa que recomiendo a todas
las personas que tienen sensibilidad
artística. De hecho, me pongo muy pesada con esto pero me honra no haber sido
nunca una spoiler, jamás desvelaría su contenido más mágico.
Tanto me gustó en su momento, que al día siguiente ya
conseguí la música que, por otra parte es ideal para conducir cuando el cielo
está azul en estaciones bisagra. Es fresca y amable a la vez que contiene letras denuncia que 50
años después vuelven a estar de vigente actualidad. La voz de Sixto es también
muy dulce y su acento es elegante y claro, ideal para mezclarse con los acordes
sencillos pero contundentes que maneja.
No he vuelto a ver el documental y creo que no quisiera
volver a verlo. Quizás me fascinó por mi estado de ánimo de aquella noche, o
porque realmente es genial… Solo sé que guardo un grato recuerdo de esa
historia increíble del hombre que se hizo famoso gracias a un cúmulo de
casualidades…o serán causalidades…dejemos que la realidad dance a su propio
ritmo…
Aquí va un aperitivo para abrir boca...
Aquí va un aperitivo para abrir boca...
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