EL TREN DE LA VIRGEN...

Hace alrededor de un mes, nos desayunábamos con la fatal noticia de un accidente de tren en Santiago de Compostela...fallo humano evidente en esta ocasión, pero como suele decirse: " no pasan más cosas porque Dios no quiere.."
Ayer viernes 16 de agosto, regresaba yo a casa tras unos días fantásticos en Madrid: fiesta de la Paloma, exposición de Dalí...todo genial y me dispongo a coger el tren en Chamartín cuando algo empieza a llamarnos la atención a los viajeros que , como yo, llevábamos el coche 2. Había pocos vagones , pero en uno había un 3 y al lado , un 2 escrito con bolígrafo en un papelito de lo más cutre que no sabemos cómo seguía pegado en esa superficie resbaladiza de los trenes... Le preguntamos al que parecía el revisor y empieza a despegar el 2 con las uñas y a decirnos que nuestro vagón era uno que estaba más allá en el que no aparecía ningún número...Una vez dentro y hallado mi sitio, me percato de otros dos chicos que iban conmigo en el viaje de ida que habíamos realizado dos días antes y al reconocernos empezamos a sonreír ya que a la ida, como íbamos cuatro gatos, nos metieron a todos en un vagón preferente y nos dejaron sentarnos donde quisimos...Ni nos miraron los billetes ni nada de nada. La situación nos parecía tan parecida que nos dio risa y en voz alta lo comentamos.
 Sin embargo, una vez en Atocha empezó a subir gente que no encontraba su asiento por ninguna parte y es que resulta que habían vendido billetes con plazas ficticias, como lo leen, sí sí, que tenían números que no existían en el vagón...y para colmo de males de los demás pasajeros, sólo funcionaba el aire acondicionado en nuestro vagón, por lo que la gente empezaba a llenar la cafetería por oleadas, en busca de un lugar dónde refrescarse. 
El revisor no hacía más que pasar y contestar como podía a los pasajeros que iban subiendo al tren, sin sitio, intentando sin fortuna recolocarlos de alguna manera....pero llegó un momento en el que el tren iba abarrotado de personas con sus maletas bloqueando los pasillos. .Ni les cuento cada vez que una persona quería ir al baño lo que se montaba porque ya se lo imaginan. Como no podía faltar detalle, de repente empezó a diluviar por la Mancha profunda y todo hay que decirlo, asistimos a un precioso atardecer gris plomo y a la puesta de un sol rojo tipo sabana africana. 

 En este viaje, ni anunciaron las paradas, ni arreglaron el problema del aire acondicionado, ni le dieron solución a toda la gente que había pagado una pasta por ir de pie, algunos hasta  Valencia ( estamos hablando de 5 horas de trayecto), y encima llegamos a acumular media hora de retraso.
Abanicos, quejas, caras perplejas....y todos pensando lo sumamente cutres que somos en este país de la improvisación y de la falta de profesionalidad en pleno puente de  la Virgen de agosto....