Recuerdo
que hasta hace unos años era relativamente fácil encontrar vuelos económicos en
la red. Sólo bastaba con consultar las páginas de bajo coste con unas semanas
de antelación y seguir los pasos que te proponían para comprar el billete.
Luego salió una casilla con gastos para el seguro, después las compañías
empezaron a poner pegas con el equipaje, que si sólo se admitía un bulto, que
si había que pagar más por facturar. No me olvido de que últimamente también
abonas extras en función de la tarjeta de crédito que utilices en la gestión.
Como ven, las excusas se multiplican y cada vez resulta menos atractivo volar
en estas condiciones, sobre todo si después, estas compañías no garantizan
cumplir con su responsabilidad ante el
consumidor, tal y como sucedió durante los desafortunados acontecimientos del
pasado puente de diciembre, que prefiero no recordar.
Entonces,
¿qué vamos a hacer ahora? Seguro que están pensando en que siempre nos quedará
el tren. Ahora es momento de alardeos por tener una de las mejores redes de
alta velocidad de Europa, pero ¿a qué precio? Y no sólo me refiero al
económico, que acaba de subir y bastante, por cierto.
Me parece genial que
todas las provincias de Castilla-la-Mancha queden al fin comunicadas entre sí y
que se ahorre tiempo en los trayectos entre las grandes ciudades de España, pero
también me preocupa el devenir de la red de ferrocarril estándar, que si bien
tenía sus pegas, conseguía enlazar poblaciones más pequeñas con localidades
mayores a un precio asequible para todos los bolsillos. No me malentiendan, no
estoy en contra de la modernización de nuestras infraestructuras y soy asidua
pasajera, pero la verdad, también estaría a favor de una ampliación en la oferta de los cercanías inter-provinciales
entre localidades como las nuestra y las que nos comunican con la costa o con
el interior…
Bueno,
y ustedes me dirán que también podemos coger el autocar, aunque en este pueblo
es difícil saberse los horarios de autocares a Albacete, por ejemplo, ya que no
aparecen reflejados en ningún sitio, ni siquiera en las paradas. Siempre hay
que andar llamando a la estación de autobuses de Albacete para asegurarnos de
que no hayan cambiado, porque eso sí, cambian los horarios cuando menos te lo
esperas y allí te quedas con cara de póker esperando al siguiente, si es que lo
hay…
Les
estoy viendo la cara, están pensando en el coche, sí, sí, como en aquellos 600
en los cuales familias enteras atravesaban la península…Ya sé que hoy tenemos
coches fantásticos y veloces y llenos de
airbags e incluso híbridos que respetan el medio ambiente, sin embargo, también
resultan ser el medio más peligroso de todos.
Saquen sus conclusiones….
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